Introducción.

Una adolescente enamorada como otra cualquiera. Un instituto en el que tener un buen coche se basa en un 50% de tu posición social. Un chico que no se a encontrado a si mismo. Un amor intenso, pasional, real, fresco. Una historia de amor que te cautivará, en la que tú puedes ser perfectamente la protagonista.

viernes, 30 de septiembre de 2011

Capítulo 16.

Me acompaño a mi habitación, sin apartar la vista de mi en un sólo instante. Os direis que a estas alturas ya lo habria superado todo, mis miedos, y mis angustias, cuando estaba al lado de el. Todo lo contrario. Cuando me rozaba, por muy leve que fuera el movimiento, mi corazón latía como una locomotora descontrolada. Una vez que llegamos a la habitación , me dirigí hacía el.
-¿Quieres entrar?_dije, sonriendo, como siempre. Cuando estaba con él, era imposible no estar feliz.
-Uhmmm...¿Debería..?_dijo enarcando una ceja. Sus ojos azules brillaban.
-Eres tonto, adios._dije haciendome la enfadada.
Le estaba cerrando la puerta, cuando puso un pie, y me impido cerrar, mas de lo que estaba.
-¿Enserio crees que me voy a ir sin despedirme de ti?_dijo con voz sorprendentemente tierna.
Estube apunto de derretirme en el suelo.
Ahora enarque yo una ceja.
-Anda, dejame pasar tontorrona._dije ahora utilizando el brazo para entrar.
Fui abriendo la puerta suavemente.
Entonces, me cogío por debajo de la cintura y me subio encima de sus hombros.
-Sueltame,_dije gritando_ te vas a hacer daño ¿¡estás loco!?_dije gritando más fuerte todavía.
-Sí, estoy loco, estoy loco por tí._me dijo mordiendome la oreja. Espera. Ya va demasiado deprisa. Me vino una frase a la mente: sin prisas, te convenceré con millones de sonrisas.
-¡Bájame, que me voy a duchar!_
Me bajo suavemente.
-¿Venga ya?...joooo._Dijo con vocecita lastimosa.
Estube a punto de correr a sus brazos, pero me fui corriendo en dirección contraria.
-Te espero aquí, no tardes mucho. Por favor_dijo al final.
-Ahora mismo vuelvo._dije sonriente.
Me duche como una loca, es más, estube a punto de caerme al meterme en la ducha, de lo emocionada que estaba. Mira que soy tonta. Me río sola. Estoy perdiendo la cabeza. Puse el vestido encima de un mueble y en vez de coger un pijama de hello kitty cómodo y ancho,  elegí ponerme un camison, fino de tirantas. Me mire al espejo. Creo que es demasiado provocador. El sujetador, negro azulado, se me clareaba. Bueno, no importa. Salí disparatada a la puerta después de lavarme los dientes, pensando en todas los cosas bonitas que trae el amor. Me lleve el peor de los chascos. Vaya. Estaba dormido. Esto era increíble, pero si no había tardado ni quince minutos. Después de todo, por muy perfecto que fuera, el era un hombre, y no hay nada que hacer contra eso.

Seguro que se fuera reído de mi, al verme en estos momentos. Al ver mi cara de chasco.
Tenía la cabeza apoyada en un cojín. Me sente a su lado y me puse a juguetear con su melena rubía. Se había remangado la blusa hasta los codos, y su blusa estaba desabrochada más de lo normal. Me quede observando sus perfectos abdominales, su pecho desnudo. Me pregunté si algún día el y yo...bueno, ya sabéis. Observe que solo eran las 11 de la noche. La fiesta- cena no terminaría hasta las 2 o las 3 de la madrugada, y el tonto este durmiendo. Como os dije, Carla y yo habíamos recopilado unos dvds de nuestras peliculas favoritas. Pensamos que quizás, alguna noche estaríamos aburridas y nos apeteceria ver alguna. Puse el Diario de Noa. Una película es preciosa. Sin dudarlo. Aun recuerdo la primera vez que la ví, y me imaginaba si alguna vez viviría una historia de amor tan intensa y bonita como esa. Esperaba que la mia con Eric fuera así. Aunque, por decirlo de algún modo, no somos novios todavía, ¿no?quiero decir que no es oficial. Pensaba mientras le acariciaba el pelo una y otra vez, mis dedos se mezclaban con su suave pelo, y se lo echaba hacía delante y hacía atrás, alborontandolo en todas las direcciones. Eric tuvo que escuchar algún ruído porque abrio los ojos levemente. Yo me hice la tonta y segui mirando a la pantalla. Menos mal que esta vez no se despertó como en el avión. Sonreí ante ese recuerdo.
-¡Oye tú! no estaba dormido._dijo con una sonrisilla.
-¿Eres tonto?_dije muy seria.
-La primera noche que pasamos juntos y tu te haces el dormido, precioso, Eric._dije con sarcasmo.
-Me encantas cuando pronuncias mi nombre_dijo dandome un beso en la frente. Prosiguió hablando:
-Me estaba quedando anestesiado con tus cosquillitas, me gusta que me toquen el pelo._dijo confesando su debilidad.
-Ammm, con que era eso... también tienes cosquillitas en.._me abalance sobre el y le hice en los pies..
-No ahí no tengo._dijo feliz, como una perdiz .
No se como lo hizo pero antes de que me diera cuenta el estaba encima mía. Con sus ojos azules a escasos centímetros de los míos. Todavía me pone nerviosa.
-Nunca he recordado estar tan borracho._dijo mírandome muy seriamente.
-¿Cómo qué borracho?, si en la cena no habia alcohol..._dije atónita.
-No tonta, estoy borracho de amor._dijo. 

Le sonreí. Enamorada. Anestesiado ahora por él y su mirada.
-¿Entonces, existe un club de alcoholicos anónimos de ese tipo?_dije siguiéndole el juego.
-No tengo nidea.
-Pues enterate, porque yo seria la miembro numero uno del club._dije mirandóle a los ojos. Perdiendome de nuevo en su mirada, como tantas veces lo había echo.
En ese momento me beso. Ahora era distinto, notaba cada parte de su cuerpo contra la mia.
Le tome el pelo y fue bajando hasta su espalda. El me besaba apasionadamente. Le mire a los ojos y en los suyos se veía amor. O al menos eso creia ver yo. En un despiste suyo me consegui poner encima de el. Lo sentía todo multiplicado por 100. La hevilla de su abdomen, esa parte de piel desnuda rozandose con la mía... El se dedicaba a jugar con la tirantilla del vestido haciendola resvalar.
Alguien pego en la habitacion. ¡Qué oportunos! Estaba segura de que Carla no era, tendría que ser algun recepcionista del hotel o algo. Y se suponía que los chicos no podían estar aquí, en el area de chicas. O no.
-Corre escondete._dije en un susurro. Eric estaba distraído.
Me dirigí hacia la puerta.
-Hola, somos el servicio de habitaciones, ¿le importa que pasemos ahora, o prefiere mañana?_dijo una mujer gordita, muy amablemente.
-¿Podrian venir mañana, por favor?_dije
No se si quizás sería la ropa que llevaba, o que estaba demasiado desaliñada, porque la mujer de al lado de la gordita le dio un codazo, a su compañera.
-Esto...si claro_dijo tosiendo, para ocultar la risa.
Se marcharon con fuertes risotadas, y ya no escuche nada más. Valiente par...dije para mi.
-¡Ericya puedes salir!
-Que pesadas._dijo acercándose a mi.

Y que tontas, ¡qué me han quitado ese  momento contigo!
Y ambos nos echamos a reir de lo estúpido de la situación.
Ahora decidimos ver la peli. Desde el principio. Bien. Yo estaba apoyada en su hombro. Y en cualquier momento, sin esperarlo el me plantaba un beso en la frente o en la mejilla. Me encantaba que me diera besos en la frente. Me sentía...protegida. ¿No os parece precioso cuando un hombre besa a una mujer en la frente? Es señal de que le quiere, de que siempre cuidará de ella. Siempre he tenido debilidad por ese tipo de besos. Pero hasta ahora, sólo los había visto en películas, o en mi hermano o mis padres. Por un momento pensé en la loca  de mi madre, y lo que diría cuando presentara a Eric como mi novio oficial. También me acordé de mi padre...Todavía quedaba mucha vergüenza por pasar...
Yo le acariciaba el brazo o el pelo y tambien le daba besos en el cuelllo o en la cara, incluso en la boca, y sin venir a cuento.
-¿No te parece increíble que le estubiera escribiendo cartas durante los 365 dias del año y sin obtener respuerta alguna?_dije sorprendida.
-No_dijo mirándome a los ojos muy seriamente.
-¿ A no...?_
-No me parece increíble si es cierto que Noa estaba enamorado de Allie._dijo entornando los ojos al infinito, el y sus propios pensamientos, y nadie más.
Me quede embobada mirandole y me preguntaba si ojalá el pensara igual que Noa, que estubiera dispuesto a dar todo lo que fuese por Allie.



Entre una cosa y otra acabe llorando al final. Lo sé soy una estúpida sentimental, pero esque no puedo evitarlo, incluso aunque este alguien delante mia, lloro. Y eso que había visto la película incontables veces. Pero por mucho que la viese, siempre, siempre acabo igual.
-¿Estás llorando?._dijo Eric con ojos como platos. Con curiosidad, y risueño.
-Sí._esta apoyada en su pecho, asi que no le mire a la cara, para que no resultara tan vergonzoso.
-¿Eres tonto?
-Sí, un poco. Me lo suelen  decir._dijo
A continuación me besó en la mejilla, y me hizo circulitos con sus dedos en mi brazo, sabía que eso me tranquilizaba mucho.
-Evelyn, creo que me tengo que ir ya... son las 1:30 y todos estarán a puntos de volver... y como me pillen saliendo de tu habitación, ¡se va a armar una buena!_dijo preocupado, aunque una parte de él no se quería ir. A veces la cabeza dice que no, no deberías decir esto o hacer aquello. Actúa como la parte correcta, responsable. En cambio el corazón es más caprichoso, nadie gana al corazón.
-¡Cómo que te vas!, de eso ni hablar._dije cogiendole el cuello de su camisa, y haciendole pucheritos.
Congeniabamos genial, nunca creería, que consiguiera estar tan bien con una persona.
-Evelyn... no em lo hagas más difícil, sabes que yo tampoco me quiero ir._dijo acomodando mi pelo en mi oreja izquierda.
-No seas malo, y no me dejes sola, no quiero que te separes de mi lado nunca._dije abrazándole. Caprichosa. Egoísta. Mio. Sólo mio. Quería grrtarlo. ¡MIO!
Mi comportamiento era de lo más infantil, pero había sufrido por el, y encima por una tontería. Así que, ya había estado mucho tiempo sin él, como para tener que separarme de su lado. Si me separo de el me provocara un dolor fisico, o incluso mental.
-No me lo hagas más difícil, anda..._dijo correspondiendo a mi abrazo. A veces me apretaba tanto que no podía ni respirar. Pero me gustaba. Me gustaba tenerle cerca.
Me dio un beso en el cuello, y eso me dejo perpleja, . me entro un escalofrío.
-¿Pretendes que después de lo que acabas de hacerme te deje irte sin más?_suspiré, sonriendole.
-Evelyn, si me pillan estoy muerto.
-Vale._dije poniendo un mojín.
Estaba ya en la puerta, cuando se avalanzo a mi y me dio un beso en la frente. Yo le respondí con una sonrisa de oreja a oreja. Creo que aunque me pase todos los día de mi vida a su lado nunca me acostumbraría a estar con él. El me sorprendia siempre, siempre tenia un algo o una situación para sorprenderme, para no actuar como espero que actue. Para hacer algo distinto. Encantador.
-Anda vete, que como estes un segundo más no te voy a dejar que te vayas._dije, esta vez sin mirarle a los ojos, debido a mis pensamientos. Sabía que si su mirada y al ia se entrelazaran en ese momento, el descubría mi rubor.
Eric me levanto la barbilla e hizo, que le mirara a los ojos.

-¿Por qué te da vergüenza ruborizarte cuando estoy a tu lado?, ¿sabes que estás más sexy?_ 
La palabra del final me pillo con la guardia baja, la verdad. Sonreí de placer, esta vez estudiando sus ojos.
-Buenas noches, que sueñes con los angelitos._dijo sonriente, como siempre, precioso.
¿con los angelitos...?, ¿estaba de coña?
-¿Enserio crees que voy a soñar con los angelitos?_dije con los ojos abiertos como platos, apoyada en el marco de la puerta.
-¿Con quién sino?_
Os lo juro, nunca entenderé a los hombres.
-Pues contigo imbécil._dije
-Adiós._dijo acercandose a mi con una sonrisa, se acercó demasiado, por lo que entendí que me iba a besar. Deje entre abierto mis labios, esperando recibir su beso. Tardaba mucho. Abrí los ojos.

-Evelyn, Evelyn, Evelyn... que lanzada te has vuelto... ¡eh!_dijo observando mi boca.
-Capullo._dije con esa vocecilla que sólo el sabe, que trasmite amor. Que sólo me sale con él.
-Adiós._dije sonriente. Ahora si que se acerco a besarme, pero de verdad. Mantuve mis labios inmóviles, mostrando dignidad. Os juro que fue muy difícil. El no dejaba de abrir su boca, y al mismo tiempo, lograr un simple movimiento de la mia.

Yo estaba como una piedra, con mi orgullo intacto.
-Esta bien...si no me quieres besar..._se fue pasillo hacía delante, andando muy lentamente, esperando que yo corriera a sus brazos, haciendo mejor su papel, metiendose las manos en los bolsillos, ligeramente encorvado.
Cómo os dije antes, el corazón siempre gana. Corrí hacía a el y le bese. Le bese hambrienta. Con ganas de el. De que me abrazara de que me besara. De que me tocara como necesitaba que me tocaran.
Nos separamos los dos a la vez.
-Adiós-_dijo dándome un suave y último beso.
-Adiós._repetí por segunda vez.
Le vi marcharse hasta la zona de los chicos, y también vi que se volvió por si yo seguía ahí, mirándole.
Estaba claro que sí.
Me sonríe y a continuación sacude la cabeza de un lado hacía otro.
Entonces me di cuenta de que estabamos perdidos, si, eso exactamente. Que estabamos perdidos en una palabra llamada amor, y sinceramente creo que pocos sienten esto de verdad.

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