Introducción.

Una adolescente enamorada como otra cualquiera. Un instituto en el que tener un buen coche se basa en un 50% de tu posición social. Un chico que no se a encontrado a si mismo. Un amor intenso, pasional, real, fresco. Una historia de amor que te cautivará, en la que tú puedes ser perfectamente la protagonista.

jueves, 29 de septiembre de 2011

Capítulo 15.

Los siguientes días lo pasamos de maravilla, siempre hacíamos un plan para cada tarde. Ayer nos dieron permiso para ir a un centro comercial cercano de donde nos alojabamos. Carla y yo enloquecimos, amábamos la moda e hicimos una muy buena compra. Carla compró un par de complementos más para esta noche. Yo le dije que con lo que tenía era más que suficiente, pero ella me mando callar y me dijo que disfrutara.
-Hombre...pero no como cuando te emborrachaste claro..._recuerdo que dijo para picarme. Al igual que Dexter, me refregarían esa noche hasta el resto de mis días.
Ahora éstabamos sentadas, viendo una peli. ''Pretty woman'' aunque yo la titularía de otra forma. Algo así como: ''La fábula de una prostituta''. Amaba a Richard Gere desde que lo vi en ''Oficial y caballero''.
Carla iría al baile con mi hermano, claro está. En vez de ver la película, daba vueltas una y otra vez por la habitación, desfilando con distintas prendas.
-Ese es el mejor. Estás muy elegante._dije observando el siguiente ouftit del pase de modelos primavera-verano 2011.
-Oye, ¿con quién piensas ir?_
-Mi acompañante sera el sofá y quizás  llame a mi amiga la tele._dije sonríendole.
-¡Tonta!, aunque he de reconocer que a tenido gracia._dijo, probándose un par de pulseras.
-Enserio, no tengo ganas de ir._dije con un chándal adidas puesto y el pelo recogido en un moño.
-Lo pasaremos bien, ¡por favor!_
-No... además, ¿con quién iría?_Carla levanta una ceja.
- Por dios Evelyn, ¡pues con Leo!_
-No se..._dije planteandomelo.
-¡Yo le llamo!_dijo marcando su número.
-Espera, espera._dije intentando coger el mobil. Demasiado tarde.
-Leo, ¿vas a ser la pareja de Evelyn?_
No tiene remedio. La verdad es que escucho intrigada la respuesta, pero no me hago muchas ilusiones. Leo es un chico guapo, se lo habrá pedido alguna.
-Si, ajá._dijo concluyendo la conversación.
-¡Leo será tu pareja!, te espera a las nueve y media a bajo.
Miré el reloj. ¡Dios Santo! Eran las ocho. Me tenía que apresurar bastante si quería tener el pelo arreglado a tiempo. Ya sólo quedaba un día, mañana sería nuestra clase de esquí. Aunque según tengo entendido, el sábado también estaremos aquí, salía muy barato así que los profesores decidieron llamar a los padres, y estos aceptaron.
Estaba claro que todos los que estaban en mi colegio no les faltaba dinero...Pero bueno volvamos a ese dilema que una chica se pregunta tantas veces, en tantas ocasiones: ¿qué me pongo?
Al final me decante por un vestido blanco, liviano, sin mangas y unos tacones en  marrón. Llevaba la melena entirabuzonada y Carla me pintó.
-Wow._dijo exageradamente.
-¿Qué?_dije
-Estás guapísima._lo dijo separando las palabras en sílabas.
Me mire al espejo, y si estaba algo cambiada, no parecía yo. Carla me pinto una linea negra encima de los ojos, y jugo con distintos tipos de verdes para resaltar aún más el color de mis ojos.
-Tú también._dije mirándole de arriba a bajo con una sonrisa.
Bueno, Carla estaba guapa con todo lo que llevara.
Mire el reloj dígital de la tele y me espante.
-¡Carla que son las nueve y media!_dije cogiendo el bolso. Ni siquiera cogí una chaqueta, dado que en la sala había aire acondicionado y hacía un calor bochornoso.
-Da igual, les viene bien que esperen._dijo mirandose al espejo. Otra vez. Creo que era la décimo octava vez que lo hacía en esta noche.
-Ya sabes lo que te digo siempre Carla... odio esperar y que me esperen._la cogí del brazo y me la lleve a rastras de la habitación.
Busqué a Leo con la mirada, pero el me encontró antes que yo.
-¡Estás preciosa Evelyn!_me dijo mirando cada milímetro de mi cuerpo.
-Wow ¿Leo? ¡Pero si llevas chaqueta! ¡Estás genial!_dije agarrándole del brazo.
La fiesta no era como me esperaba. Unas mesas rodeaba toda la sala. No había alcohol en lugar de eso había maestros. Todos iban muy guapos, pero a la vez informales, no habia trajes de etiqueta, ni vestidos largos ni nada por el estilo. La música que había  ¡me sorprendió muchísimo! Es más creo que muy pocos se atreverían a bailar un vals o algo de lo que estaba sonando ahora. Esto me desconcerto mucho. Mi madre y mi padre nos enseñaron a mi y a Dexter a bailar desde que eramos unos mocosos.
Vi como Dexter se acercaba a nosotros.
-Carla, ¿quieres bailar conmigo?_dijo anclado el el siglo XVII.
Esta asintió como una loca.
Me quede embobada, es mas Leo estaba tan sorprendido como yo o más. Dexter bailaba mejor que yo, y aunque Carla no era una gran bailarina, Dexter guiaba muy bien. Me quede observandoles anonadada. Parecían de película.
-Ya estas mejor, ¿verdad?_dijo Leo en mi dirección.

¿Por qué me lo tenía que recordar?
-Superado_mentí con una sonrisa falsa.
 -¿Serías capaz de bailar? _dijo guiñándome un ojo.
-¿Por que no iba a poder ser capaz? Bailo incluso mejor que tú._dije tocándole la punta de la nariz.

Acto seguido Leo me hizo una reverencia y me invitó a bailar, muy cortésmente. Eran muy pocas las parejas que se habían atrevido a bailar esa noche, y los que lo hacían bailaban como les daba la gana.
Empezamos a bailar y Leo lo hacía muy bien, me guiaba suavemente y yo simplemente me dejaba llevar. Ojalá todo fuese tan fácil como dejarse llevar.

Ojalá no existieran las cosas malas, aunque, por otro lado, si no existieran las cosas malas, ¿cómo íbamos a afrontar las buenas?, ¿cómo las sentiríamos?
Hacía una calor terrible. Me estaba dando el colorín y estaba empezando a sentir el sudor frío por la nuca.

-Evelyn, ¿estás bien?_dijo Leo preocupado.
-No del todo, por favor vamos a salir a fuera, a tomar el aire._dije aferrándome a su hombro. Me estaba empezando a marear.
-Como quieras.
Al parecer otras parejas habian salido tambien a fuera.. aunque por el ruído que hacían no con las mismas ideas que nosotros dos.
-¿Te encuentras mejor?_me dijo Leo.
-Si. Hoy hace una noche preciosa._dije para cambiar de tema.
El cielo estaba despejado y la luna iluminaba la noche.
-Mira, ¿ves esa estrella?_dije
-¿Donde?_
-Mira, aqui justo aqui debajo._le dije cogiendo su dedo y apuntando a donde estaba señalando.

-¿Cómo se llama?
-No tengo ni idea, ¡Por eso te lo digo!_dije riendome.
-Cuando sea mayor me compraré una estrella. Se llamará Evelyn Jones._
Me sonrie y cabecea, como diciendo: ''no tiene remedio''.
Se apoyo en mi hombro, me miró. Me beso en la frente. Sonreí.
-Evelyn_dijo una voz.

¿Por qué?, ¿por qué tiene que aparecer mi imaginación en este momento? Estoy obsesionada. Tal vez tenga que ir a un psicólogo.
Mi imaginacion me juega muy malas pasadas, pero tengo que decir que esta vez se ha superado... totalmente. Me estaba empezando a causar daño, esto se estaba volviendo serio. Incluso peligroso... Me volví, para comprobar si me habia vuelto loca o no.
No. No estaba loca. Aún no. Ahí estaba el. Eric. Con sus manos metidas en los bolsillos de su pantalon azul marino, con su blusa blanca brillando a la luz de la luna y su chaqueta ligeramente caída de su hombro izquierdo. Sus ojos conseguían que me flaquearan las pierna hasta en la oscuridad, y eso que estaba bastante lejos de él.
-¿Puedes dejarnos solos un momento... Leo?_dijo con tono muy autoritario.
Leo me miró a mi primero, para ver si yo estaba dispuesta. Asentí con la cabeza.

-Esto...si..._dijo Leo.
Una vez que se fue alejando, Eric se acercó a mi. Estaba sorprendida.
-¿Te iba a besar?_dijo mirando sus pies, algo que al parecer en este momento, él encontraba muy interesante.
-No_ ¿por qué coño le tenía que dar explicaciones?
-Se estaba avalanzando a ti..._ni siquiera tenía valor de mirarme a la cara.

¿Pero de que va?, ¿encima tiene la cara tan dura de decírmelo?
-Mira, ¿sabes qué? Me marcho. No tengo ganas de hablar con nadie._ni mucho menos contigo, debería de haber añadido.
-No por favor. Déjame que te lo explique._dijo acercándose a mi, a punto de tocar mi brazo para que no me marchara. Le esquivé. No quería que me tocara.
Estaba empezando a notar el frio, de salir de una habitación con calefacción y abarrotada de gente a estar derepente a la interperie. Utilice mis manos para darme calor.
Eric se dio cuenta y me ofreció su chaqueta
-Toma, te vas a helar._dijo, todavía sin mirarme a los ojos. Cobarde. Arrepentido. Espera.. ¿arrepentido? No se. 

-Lastima que te tape, porque esta noche estas preciosa._
¿Qué hace?, ¿por qué me hace esto?, ¿por qué tenia que aparecer de la nada justo cuando le quiero olvidar?, quizás se me olvidó olvidarle. Las mariposas estaban ahí, dispuestas a salir de la jaula en las que estabas prisioneras. No. Todavía no. Yo las intentaba retener, pero ellas no estaban dispuestas a soportarlo.

-Gracias_dije rompiendo mi orgullo y cogiendola. Me estaba helando.
La primera vez que alguien hacia esto por mi, cuando creía que esto solo pasaba en las películas...
-Vamos a pasear anda._dije para ganar tiempo y para ordenar mis ideas, ahora confusas.
-Evelyn espera. Yo... te debo una disculpa... no me tendria que haber puesto asi... lo siento mucho.. yo no soy nada tuyo.._dijo entrecortadamente, las palabras le salian a borbotones.
¿Qué?, ¿de qué habla?
Yo me quede sin a hablar simplemente.
-Veras Evelyn... tú... tú me gustas...He sido un verdero idiota al no haberme dado cuenta antes. Pero me  bastó mirarte a los ojos para saber que eres especial, y que tienes algo tuyo dentro de mi. Eres única. Contigo... soy distinto. Contigo soy yo. Y eso lo siento con muy poca gente. Ver que estabas con Leo...ver como tu le sonreías, como el te miraba, es superior a mis fuerzas. Estos días he estado con Seidy...para intentar que no aparecieras en mi mente... pero es imposible... y ver que pasas tiempo con Leo... me destroza por dentro.

-No parecias tener esa opinión cuando besaste a Seidy delante de mis narices._dije con la vista fija en  el botón de su blusa, que por cierto, estaba descosido.
-¿Te crees que a mi me hacía gracia ver como bailabas con Leo?, ver como tú le mirabas, las risas con el. No lo aguanto. Como tampoco aguanté escuchar lo que dijiste en el avión. 
Pero en eso tienes razón, los sentimientos no se pueden cambiar, ¿no? Así que tranquila. Te dejaré en paz. Sólo quería décirtelo. Quería que supieras lo que siento por tí.
¿Esto era un sueño?. Un magnifico sueño del que no queria despertar jamas. ¿Enserio esta era yo?
Entonces se atrevió a mirarme. Como lo hacia antes. Con esa mirada que me atravesaba el corazón y ... estaba empezando a marearme. ¿A quién coño voy a  engañar? Sólo basto que me mirara para convencerme. Para entenderlo todo. Para saber que tanto el, y yo somos unos estúpidos. Y no pienso dejar que mi orgullo gane la batalla.
-Eric. Té me has gustado siempre, en el avion mentí...porque... bueno...tenía miedo a que tu no sintieses lo mismo que yo. Perderte como amigo no lo soportaría... yo lo siento mucho. He sido una cobarde._dije en un susurro. Me estaban empezando a picar los ojos. Las lágrimas saldrían dentro de unos segundos. Eric dio un paso hacía mi, y su cercanía me hizo ponerme nerviosa.
Me silencio poniendo un dedo en mi boca.
-¿Cómo no he podido darme cuenta de lo que tenía delante?_dijo moviendo la cabeza de un lado hacía otro.
-¿Cómo he podido ser tan imbécil? Soy un tonto de campeonato._dijo con una sonrisa pícara.
Simplemente no puedo explicar como nos mirabamos en ese momento. No puedo describiros como me sentia. De verdad, muy pocas veces he sentido esto.

Eric recorrió mi pómulo suavemente de arriba a bajo. 
Con una sonrisa tanto en los ojos, como en los labios. Entonces con las manos mas dulces del mundo atrajo mi cara contra la suya. Cuantas veces me había imaginado como seria este momento... cuantas veces lo había soñado, antes de dormirme en mi habitación... No quería que este momento fuera cualquiera. Quería elegir a la persona indicada. Quería acordarme de este momento toda mi vida. Y la persona que quería que estuviera en ese recuerdo estaba delante mía, a dos centímetros.
Entonces sus labios se rozaron suavemente con los míos. Como un hola demasiado cerca de mi cara. Un hola en los labios. Nuestros labios se rozaron por segunda vez. Fue beso distinto, delicado, apasionado, profundo, lento, perfecto en todas sus facetas. Y descubrí que mis sueños no me mentían. Sabía como tocarle, como acariciarle. Le pase la mano por el pelo, y la chaqueta se me callo al suelo. Eric puso sus manos en mi espalda, para conservar el calor. Eso me provocó un escalofrío en mi columna vertebral. Enrojecí al saber que se había dado cuenta. No paraba de besarme, en las mejillas, en el cuello, en la frente, en la oreja... Recorrió con sus manos toda mi espalda y los brazos, hasta llegar a mi cinturilla con un delicado movimiento, atento a mi reacción. Le bese apasionadamente. Descubrí cada parte de su cara. Abrí los ojos por un momento y pare de besarle. Mi respiración era rápida y superficial. En cuanto nuestras miradas se encontraron, las bocas callaron. Ahora hablaba nuestra mirada. Os juro que no he podido comtemplar algo más bonito en aquellos ojos azules. Esos ojos azules, donde tenía la certeza de que escondían un segundo cielo.

Me volvió a besar. Esta vez era distinto. Era un beso hambriento, un beso con ganas de descubrir. Le mordí el labio inferior.
-Evelyn...deberíamos..deberíamos parar._dijo entrecortadamente.
-No quiero._ le susurré cuando fui liberada de su beso. Un beso de la victoria. Un beso que me marcaría esta noche. Mi primer beso. Mi primer beso fue con él.
-¿Pero... que me has hecho?_supe que estaba sonriendo por la manera en la que lo dijo.
-Eso me gustaria saber a mi...
Continuó besandeme y me apreto más fuerte contra su pecho, me impedia respirar.
-Debemos parar..._dijo de nuevo.
-Que tonto he sido..._no dejaba de decirlo una y otra vez.
-Anda, que te voy a acompañar a tu habitación._dijo intentando repirar regularmente.

Me separé de él.
Enarqué una ceja.
-Uhmmmmmmmmmmm..._dije y una sonrisa de las pícaras asomó la curbatura de mis labios.
-¿Sabes que eres preciosa cuando sonries? Y una malpensada también._dijo echándome el pelo hacía atrás. Ese simple gesto, hizo que me produjera un escalofrío...lo que me hizo recordar...la chaqueta. La recogí del suelo y me la puse.
-Oye._Dije haciendome la ofendida y dandole un puñetacito en su pecho.
-Odio verte triste, no quiero que sufras mas._dijo, ahora serio de verdad.
-Señor, ¡Si , señor! _dije imitando a un soldado.
-Vamos a dentro anda, a qui hace un frío horrible._dijo.
-No. Yo estoy muy bien._dije sonriendo como nunca. Y pensar en todo lo que le había odiado, ¿y ahora? Pum. Qué caprichoso puede resultar el amor. Que bonito también.
-Anda callate tontorron_y le silencie con un beso. Esta vez no tan delicado como antes, este era distinto, era casi desesperado.
-Esta ha sido una de las mejores noches de mi vida_concluyó. 

-Nadie me ha besado como té, nunca, eres. Eres...
no le dio tiempo a decir nada cuando yo le interrumpí:
-¿Me lees la mente o que? Esta ha sido la mejor noche de mi vida.

No hay comentarios:

Publicar un comentario