Como cuando se te rompía tu barbie preferida o tu mamá no te dejaba ponerte esa falda que tanto te gustaba. Disgusto, enfado, capricho. Pero lo que sentía en este momento no tenía nada que ver con esas dos cosas. Me sentía como si algo nuevo en mi, un lazo fuerte, unido, se hubiera desquebrajado hasta sólo ser un hilo fino y débil. Sentía que lo poco que habíamos formado Eric y yo se había roto en cuestión de un par de segundos. Como ya os he dicho alguna vez, cuando Eric y yo nos miramos es como si lo dijeramos todo, como si nos conocieramos de toda la vida, como si nos entendieramos el uno al otro.
Cuando antes no me miro supe que algo iba mal, y no, no es un estúpido presentimiento.
Le conté todo lo ocurrido a Carla y su reacción me sorprendió mucho.
-De verdad Evelyn, ¿no te das cuenta?
Eso me pillo con la guardia baja.
-¿Que no me doy cuenta de qué?, ¿de que soy estúpida?_dije mirándole fijamente.
-Lo último que has dicho no te lo niego la verdad._puso sus ojos en blanco.
Le mire con cara de asesina.
-Vale, vale. Lo que quiero decir es que, Eric estaba empezando a sentir algo por ti, Evelyn. Y tú lo has estropeado todo, ¿entiendes?
¿Qué?, ¿cómo?, ¿de que habla? Definitivamente esta loca.
-Sí, eso o que Seidy a descubierto mi identidad obsesiva por Eric y el se a dado cuenta, y no quiere ni mirarme a la cara._esto último sonó en un hilo de voz.
-Ni...ser amigos._concluí, en un susurro.
-¿Evelyn cuando vas a ser más positiva? ¡No todo es malo!
Me encogí de hombros mirando hacía la ventanilla.
Carla seguía hablando pero no el prestaba mucha atención. Yo sabía, y entendía como eran las cosas.
-Pero Eric no tiene por que actuar como lo hizo. Es estúpido. Tu no le perteneces._dijo como si estuviera descifrando el misterio más imposible del mundo.
-Evelyn, voy a hablar con el.
Le mire enseguida.
-Ni se te ocurra._agarre su brazo firmemente y le obligué a que se volviera a sentar en su asiento. -Por favor Carla, tienes que prometerme que no vas a hablar con el. Por favor.-repetí.
Lo último que quería es que me tomara por una estúpida que manda recaditos a sus amigas por que no se sabe defender sola. O vete a saber lo que estará pensando de mi en estos momentos. ¿Qué soy una obsesiva? Probablemente.
Fue entonces cuando se me vino un texto a la cabeza, no se de donde era, de un libro, de una canción, de una revista. Lo leí tantas veces que acabé aprendiéndolo de memoria.
''El amor nunca está contento cuando los demás se pierden. El amor no encuentra placer alguno ante la injusticia, pero se regocija en la verdad. El amor siempre tarda en darse a conocer, sabe como permanecer en silencio.''
La última frase me recuerda a mi situación. Bueno yo no he dicho nada, habló ella. ¿Ppor qué la gente no se dedica a vivir su vida? Ah. Lo sé. Por que sino sería demasiado fácil. O incluso aburrida, dirían algunos. Sería demasiado normal que cada uno de nosotros actuara en su propia obra. Siempre habrá algún imbécil que no haya encontrado su obra, y se meta en la de los demás para fastidiar. Luego están los que no tienen propio argumento, sí, los que copian de otras obras para poder encajar . La vida es una obra de teatro que no tiene fin. Da igual lo que hagas, siempre te juzgaran. Por eso tienes que hacerlo todo. Canta, llora, perdona, ríe, enamorate, emocionate, enfadate. Hazlo antes de que el telón se baje y la obra haya terminado.
-Evelyn, ¡qué estás en la luna tía!_dijo Carla dandome pequeños golpecitos en el brazo.
-Ah sí. Sí._dije despistada.
-Vamos, que el profesor nos espera.
Miré a nuestro alrededor. El avión estaba practicamente vacío. Oh no. Eric tiene mi ipod.
-Vamos Evelyn._dijo ya de pie.
Salimos corriendo por el largo pasillo. Pero derepente me quede parada.
-Un momento.
-¿Qué pasa ahora?_dijo. Francamente sonaba preocupada.
-¿El avión a aterrizado?_me estaba volviendo loca.
-Sí, y tu estabas roncando como una tapia._dijo corriendo hacia delante.
-Yo no ronco. Mentirosa._no pude evitar reirme. Salimos por el pasillo y fue increíble. Una ráfaga de viento polar se me metió en mis calcetines.
-Brrrrr._tiritité.
-Hace un frío horrible._la voz de Leo nos llegó desde detrás.
Le miré. Estaba abrazándose para mantenerse caliente. Vi como Carla se iba con Dexter. Esta se volvió y me miró. Cuando nuestras miradas se encontraron entendió que me debía un par de explicaciones.
-¿Estás mejor? Dexter me ha contado algo.
Lo último que quería es ponerme a hablar otra vez del numerito. Además no tenía ganas de recordar eso.
-Estoy bien_dije mientras le buscaba con la mirada.
-¿A quién buscas?_dijo ahora con las manos metidas en los bolsillos.
-A nadie..._mentí, cuando le vi. Miraba hacia aquí. Pero no a mi. Era a Leo a quien miraba.
Eric estaba muy bien acompañado: llevaba a Seidy agarrada como una lapa a su brazo, y a su club de admiradoras personales alrededor, atosigandoles, como siempre. Eric lucía un gorro de lana y Sedy se ''tapó'' con una fina rebeca.
Por un momento pensé que el mundo se reía de mi. Y la verdad, es la realidad. Cuantas veces me había dicho mi madre, mi hermano o la propia Carla esa frase: ''querer es poder''. No todo tiene solución. No siempre ''querer es poder''. Si fuera así, ya hace tiempo que hubiera conseguido lo que quiero.
Suspiré.
-Oye._antes de que pudiera reaccionar Leo estaba delante mia sosteniendo mi rostro en sus manos. Por un momento creí que me iba a besar.
-Qué._susurré, cansada, como si viniera de cavar en alguna mina.
-Estoy aquí para lo que necesites, ¿me oyes?_y sonrió. Sonaba irónico que no le pudiera escuchar. Si te tengo a 3 centímetros, dije para mi.
Por un momento pensé que Leo y yo éramos una pareja. Está claro que nunca he tomado a Leo como a un amigo. El es mucho más que eso. Y no era exactamente como un hermano. Yo le apreciaba mucho, y lo que me dijo, y de la manera en la que me lo dijo, me hizo ponerme triste.
-Gracias, Leo. De verdad._le abracé. Le abracé como nunca antes había abrazado a nadie.
-Gracias por ayudarme en todo.
-Para eso estamos los amigos._me dijo en el oído.
Nos soltamos y nos dirigimos hacía alguna cafetería o algo así.
Busqué a Carla, pero no la veía.
-Leo, voy un momento al baño.
-Vale. Yo estaré en esa cafetería de ahí._apunto con su dedo índice.
-Genial, ahora mismo voy._
Me retoqué un poco el maquillaje. Un poco de rímel, y un colorete melocotón. Vamos, lo de siempre.
A mi lado se encontraba Sara, que en vez de ir a una ''excursión'' (por decirlo de algún modo) parecía que iba a conocer a Obama.
-¿Por qué llevas tanto maquillaje, Sara?_le solté sin pensarmelo dos veces. Sonó un poco borde, la verdad.
-Nunca sabes con quien te puedes encontrar... ¿sabes?_me dedicó una cara de asco que recorrió mi cuerpo de arriba a bajo.
No le dije nada, porque yo había sido maleducada desde el principio.
-¿A que te refieres?._no le entendía.
-Pues me refiero a que... ¿y si salgo del baño y en la puerta me cruzo con el amor de mi vida?, ¿crees que sin pintar iba a llamar la atención?_estuve a punto de reírme en su cara, pero me contuve como pude.
Claro, es muy difícil no llamar la atención si no vas pintada con sombra morada, los labios rojo carmín y una máscara como maquillaje.
-Pues si ese tío es el amor de tu vida te conocerá siendo una falsa.-alcé mis hombros.
-Algunas prefieren arreglarse._dijo con una sonrisa falsa._-No como otras..._dijo mirando con asco nuevamente. Me sonríe con desprecio.
Sonreí más falsamente ella y me marché. No me apetecía pelearme con ella.
Busqué a Leo en la cafetería. Estaba sentado.
-Te he pedido un chocholate._dijo sonriente.
-Argg que bien, es mi favorito._me senté rápidamente, mi estómago rugía.
-Por lo visto, según el profe, hoy no haremos nada. Llegaremos al hotel y disfrutaremos de las instalaciones._bebió de su taza.
-Dios menos mal, estoy super cansada. Podemos ver una peli esta noche. Carla y yo hemos echo un recopilatorio._por si nos aburriamos..
-No, no que seguro que son ñoñas_me iba a defender inmediatamente, pero recapacité y pensé en las películas que elegimos: el diario de Noa, pretty womam...
-Tonto..._me levanté de mi asiento lo justo para darle un empujoncillo en el hombro derecho.
-En el fondo, me adoras._me guiñó un ojo.
Tuve una sensación rara cuando hizo eso. No se explicar que fue.
-Sigue soñando._dije levantándome de la mesa.
-¿Cuánto es?_miré en su dirección.
-¿Qué?_dijo extrañado.
-Wl chocolate._
-¿Enserio crees que voy a dejar pagues?
Dejo un billete encima de la mesa y se fue corriendo delante mia.
No hay comentarios:
Publicar un comentario