Introducción.

Una adolescente enamorada como otra cualquiera. Un instituto en el que tener un buen coche se basa en un 50% de tu posición social. Un chico que no se a encontrado a si mismo. Un amor intenso, pasional, real, fresco. Una historia de amor que te cautivará, en la que tú puedes ser perfectamente la protagonista.

lunes, 26 de septiembre de 2011

Capítulo 14.

Esa noche me dormí rápido, es más se me cerraban los párpados sólos. Carla ya estaba roncando cuando entré, dormía sonriente, salía a flote su felicidad, y quedó más que demostrado con esa sonrisa pintada en los labios. Durmiendo. Dulce. Enamorada. Como yo quisiera estar ahora mismo. Pero de repente , plaf. Demasiado tarde.
Suena el estúpido despertador. ¿Por qué tiene que existir este día? Suspiré. Me levanté. Me obligué a sentarme rápidamente, puesto que no me mantenía en pie siquiera. Tenía un dolor de cabeza insoportable. Dios. Fui corriendo al cuarto de baño. No os tengo que dar los detalles de lo que hice a continuación. Cuando lo alargue todo me puse algo mejor. Me daba miedo mirarme al espejo, así que simplemente no lo hice. Me eche agua fría en la cara y luego cogí un ibuprofeno de la maleta. Carla dormía plácidamente, por lo visto se hizo inmune al despertador.
-Carla, vamos despierta. Vamos a llegar tarde al desayuno.
-Que...oh vamos, mamá, déjame un poco más..._
No tiene remedio. Me vestí con un jersey marrón, con parches en los codos, y me enfunde unos jeans. Me puse las botas y recogí mi cabello cobrizo en una coleta alta.
Ahora sí, me tenía que obligar a mirarme al espejo. Me espante, dí un paso hacía atrás. Tenía bolsas en los ojos, y estaba más pálida que nunca. Intente disimular un poco con el maquillaje. Quedo bien, más o menos. O al menos pienso eso. Bah. Me asegure de que Carla estaba despierta cuando baje hacía a bajo. No quería esperarle, antes tenía que hacer una cosa muy importante. Hablar con Leo. Aunque parezca mentira, recuerdo todo lo que paso anoche, y me comporté de una forma horrible con el. Sólo tengo que ponerme en su situación y se me desgarra el alma.
Pero nunca había llegado a pensar que Leo sentía algo por mi. Por mi parte sólo había una bonita amistad. Una bonita amistad que no quiero que se desquebrajara por culpa de anoche. Bajé por las escaleras.
Busqué por todos los rincones de recepción cuando le vi. Estaba sentado junto a Massi. También había varios grupos más, que charlaban animadamente. 

-Massi, ¿me puedes dejar un momento a solas con Leo?_dije mirandole.
Asintió, se puso de pie y se marchó. Estaba raro, me vio seria y eso le sorprendió.
Me infundí de valor y me dispuse a hablar con él.
Le toqué por detrás, un golpecito lígero.
El se volvió.
-Hola._susurré. 

-Hola_dijo el aún más bajo.
No sabía como sacar el tema a flote, soy muy mala para esto.
-Respecto a lo de anoche..._me interrumpió.
-No hace falta que digas nada, yo se perfectamente lo que sientes por él.

Sólo en pensar que yo estuviera en el lugar de Leo, me moría. Tiene gracia alguno de nuestros pensamientos. Vemos cosas en las películas, vemos que le pasa a los demás, pero tu siempre piensas que nunca te pasará. Hasta que un día, ocurre.
-Pero bueno, simplemente me quería arriesgar._dijo sonriendo.

-¿Arriesgar?_pregunte confusa. No entendía nada.
-No estaba seguro de lo que siento por ti Evelyn._dijo mirándome a los ojos.
Me quede estudiando su mirada.
-Yo ... Leo... fui mala contigo, y tu en cambio te portaste muy bien conmigo.
-Oye, que no hiciste nada malo, no se puedo luchar contra los sentimientos. Si lo sientes, lo sientes._
Me senté a su lado. Le abracé. Era el mejor. Le adoraba. Le amaba. Le amaba como a un segundo hermano.
-No quiero que nuestra amistad se rompa jamás, ¿vale?_le dije al oído.
-Eso no tienes ni que decirlo.
-¿Sabes qué?_dijo risueño.
-No, dime.
-Cuando no correspondiste a mi beso sube realmente lo que sentía por ti._dijo mirándome.

-Sólo tenemos una amistad, no creo que vaya a más.
¿Cómo se puede apreciar tanto a una persona?
-Te quiero. Te quiero como a un hermano. Te quiero como si fueras de mi sangre.
Nos pusimos de pie. Leo me sonrió.
-¿Oye, que piensas hacer ahora?_sabía a que se refería con su pregunta. Leo estaba siempre al tanto de todo.
-¿Crees que voy a ser capaz de mirarle sin sentir asco?_dije
-La verdad, se pasó ocho pueblos..._
-¿Sólo ocho? A veces hay que tener un poco de consideración, y ese gilipollas no tuvo ni educación.

-Yo no creo que Eric sea así, Evelyn...
-No te pongas de su lado Leo, ese imbécil no se merece ni que le mire a la cara.
-Vamos a desayunar..._dijo, cambiando de tema.
-Leo._dije cuando iba delante mia.
-¿Si?_dijo levantando la barbilla, con las manos en los bolsillos, y los hombros ligeramente echados hacia delante.
-Eres mi ídolo._luego sonreí como una estúpida, corrí hacía él y le agarre por el brazo.
-Tú eres mi mejor amiga. La mejor._dijo tirando de mi coleta hacía a bajo.
-¡Ay!__dije dandóle un empujón. De nuevo sonriente. Mis amigos, los mejores. Hacen que cambie de ánimo, que por un segundo me olvide de todo.
La sonrisa que tenía dibujada se quedo reducida a nada en cuanto ví que me estaba mirando. Vi quién me buscaba con esa mirada de ojos azules, esa que miro, que veo, y que no se donde acaba.
Para. Me vuelvo la cara. Le dejo ahí, sólo. Le quería trasmitir la torta que no le dí anoche mediante mi mirada.
Luego me voy con Leo, vuelvo a ver a Massi, y un poco más hacía delante a Alice. Me dirijo hacía a ellos, corriendo.
-¡Evelyn!
-Hola._sonrío.
Me cojo un simple croissant del buffet libre que había y me voy con los demás. Por lo visto ellos ya habían desayunado.
Seguro que Carla tardaría en bajar... o quien sabe, quizás estuviera con Dexter, en mi habitación, sólos...
Por un momento los envidio. Los envido a ellos y a su amor.
-¿Vamos ya para la pista?_dijo Alice, dirijiendose a el grupo. Se había unido algunos más: Laura, Carlos, George ¡e incluso Dylan y Rachel! ¿Os acordáis de ellos?
-Si, vamos ya, que luego hay bastante gente._dijo Carlos.
Me acordé enseguida.
-Voy un momento a mi habitación._dije deprisa.
-Voy contigo.
-Luego os alcanzamos chicos._dije. 
Se fueron en dirección al jardín de a fuera, y por sus caras, supe que hacía frío.
-¿Qué se te a olvidado?_me dijo Alis, ya en el ascensor.
-La cámara. Quiero inmortalizar el momento. Será muy divertido.
Abro la puerta de mi habitación y ni siquiera me molesto en tocar. Me arrepiento un poco. Uf. Menos mal. No había nadie. Estarían desayunando...Enseguida tengo la cámara en mis manos, pero antes de marcharme me pongo una bufanda y unos guantes. También les doy unos a Alice, y un gorrito de lana precioso, que me hizo mi abuelita.
Cuando llegamos nos quedamos súper asombradas. Es decir, no me imaginaba la pista así. Le habían quitado el techo, como por arte de magia. Como esos coches descapotables.
Realmente era precioso.
Estaban todos dentro. Riendo, gastándose bromas. También estaban Dexter y Carla.
Leo estaba a punto de perder el equilibrio. PUM. Se cae de culo. Todos nos miramos y nos reímos a carcajadas.
-Os estáis pasando..._dijo, ofendido. Pero que se tocara el trasero con gesto lastimoso sólo pudo hacer que me riera aun más. Eso es, hay que expulsarlo todo.
Me puse impaciente, de repente quería estar ahí, con ellos, pasándolo bien.
El chico nos da los patines después de que le dijesemos el número que calzabamos.
Alice y yo ponemos un pie sobre la pista, avanzamos con las manos entrelazadas, dado que Alis no es buena patinadora. Yo sonrío viendola, con mi cámara colgada del cuello.
-¡Alis, agárrate al bordillo con firmeza!_tenía miedo de acabar como Leo.
Di una vuelta al rededor de la pista. Vi a Dylan y Rachel, que ahora no se dirigían la palabra. A Dexter mirando a Carla, con los ojos empañados de amor. Nunca había visto a mi hermano así. Nunca. Jamás. Jamás de los jamases. Si el miraba a Carla era para decirle hola, o ¿qué tal? Y sin embargo ahora... ¿Hasta que punto es de mágico el amor? Como pueden llegar a cambiar las cosas, como se puede cambiar tu mundo en cuestión de minutos.  Se da la vuelta. Paf. Como una tortilla francesa. Me acorde de mis padres, les echaba de menos.
Escucho risas de nuevo. Se ha tenido que caer alguien, seguro. Ahora se trata de la pija, una amiga de Seidy.
Le echo una foto con la cámara, será un buen recuerdo. Me río para mis adentros solo al imaginarme su reacción al ver su foto en el facebook.
-¡¡Leo!! ven a hacerte una foto con nosotros._le grita Carla. Leo se aproxima, experto patinador, avanzando por el hielo. Se le dan bien, ¡y sólo había patinado tres veces!
Un chico de mi clase de alternativa que no recuero su nombre, nos hizo la foto.
-¡Gracias!_dije tímidamente, fui hasta su lado, y me colgué la cámara de nuevo.
Nos tiramos toda la mañana en la pista, y al parecer, ¡no quería ni almorzar!
Aunque teníamos frío, estar en movimiento nos ayudaba. La pista era inmensa, y en realidad éramos muy pocos.
Son las tres y media. Pensaban comer ahora, que estaban cansados. Aunque dudo que estuviera  abierto el restaurante.
Carla y yo nos quedamos fuera, en uno de los bancos. Los demás se fueron para dentro, como animales, en busca de devorar hasta lo no existente.
-¿Eres feliz?_sonrío a mi mejor amiga.
-¡No sabes cuanto!
Le sonrió y le hago una foto.
-¡Borra eso!
-Ah, ah, ni hablar_le guiño un ojo y le saco la lengua. Nos hacemos fotos de todas las maneras posibles, le doy un beso,ponemos todo tipo de muecas, saco una lengua disparatada hacía un lado  una en Pequín y la otra en Madrid. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario