Introducción.

Una adolescente enamorada como otra cualquiera. Un instituto en el que tener un buen coche se basa en un 50% de tu posición social. Un chico que no se a encontrado a si mismo. Un amor intenso, pasional, real, fresco. Una historia de amor que te cautivará, en la que tú puedes ser perfectamente la protagonista.

jueves, 20 de octubre de 2011

Capítulo 18.

-Ya os vale..._dijo Dexter ladeando al cabeza de nuevo. Siempre le dije que fuera actor, pero a el no le interesaba. Aún recuerdo esa vez que me ayudó a fingir estar enferma por ese difícil examen de trigronometría que sabía con certeza que no lo iba a aprobar en mi vida.
Eric y yo no hacemos otra cosa que reirnos ante su estúpida reacción.
-Ya basta de bromitas..._me miró con cara de asesino.
-...vigila lo que haces, mocosa._dijo alborotándome el pelo. ¡Ogh! ¡cómo odiaba cuando hacía eso! Se comportaba peor cuando había gente delante, para hacerse más el gracioso.
-Lo mismo te digo..._dije sacándole la lengua, abrazada a Eric.
Eric suelta una carcajada ante mi reacción infantil.
Me sonríe y se acerca agilmente a mí, tan rápido cómo mi pulso se acelera. Me besa en la mejilla, rápidamente, estoy segura de que para molestar a Dexter. Sonreí ante ese pensamiento.
-Madrea mía con la parejita...la próxima me habisaís con más tiempo y os alquilo un hotel o algo..._dijo alejándose de nosotros.
-¡Idiota!_dije sonriendo y corriendo hacía su dirección. Ahora estaba más enfada aún, porque hizo que me separara de los brazos de Eric.
Se acerca a mi y me abraza.
-Espero que tengas mucha suerte hermanita._lo dice muy bajito, un susurro inaudible en mi oreja izquierda.
-La tengo._sonreí
-Te tengo a ti, a él, a Carla, a mis amigos y a mi familia._dije abrazándole aun más fuerte.
Que cantidad de sentimientos se pueden expresar con un simple abrazo, cuando algunas veces no encuentras las palabras adecuadas, o cuando simplemente quieres transmitir con todas tus fuerzas un sentimiento, que sencillo. Qué fácil. Qué bonito.
-Te quiero renacuaja._ se separa de mi.
-Tenemos la misma edad, y te recuerdo que siempre tengo que cuidar de ti._dije dándole un pequeño empujón en su hombro.
-¡Mentirosa! yo nací antes qué tú, y soy más listo, siempre te protejo._dijo con las manos en la cintura.
-Bah, no quiero discutir sobre eso, sabes lo que pienso._dije muy madura, demostrándole quien era el infantil en estos momentos.
-Vigila lo que haces...eh._dijo guiñándome un ojo. 
Sabía  a lo que se refería perfectamente, pero vamos, ¿no tengo bastante con mi madre?
Era evidente que Dexter estaba mucho más adelantado en esa área que yo, pero a el nunca se le ocurrió, ni se le ocurrirá echarme en cara esa cuestión.
Entonces recordé el interminable número de novias de Dexter, una temporada en la que cambiaba simplemente por mes, o porque le tocaba, o vete a saber. Llegó un punto que ya no sabía ni sus ''motivos''. Mi hermano es un chico normal, muy guapo, es verdad que tiene una sonrisa muy bonita... y sus ojos son iguales que los míos.
Pero vamos, Dexter es el típico niñato que pierde todo su encanto en cuanto abre la boca... o eso creía antes, porque me estoy dando cuenta que este viaje me a ayudado bastante a conocer a mi hermano. Y si le conoces bien, es una grandiosa persona. Yo lo sé, pero si el no lo demuestra...
Pero aún así yo sabía que con Carla era distinto, nunca había visto a mi hermano tan pillado.
Sabía que le gustaba de verdad, quiero decir... a lo mejor también le quiere, no sé.
Querer y gustar son sentimientos distintos, y eso hay mucha gente que no lo entiende.
¿Yo quería a Eric? Sí. De eso no hay duda. Aunque me costaría muchísimo décirselo, porque cuando el diga te quiero se lo diré de verdad. Te quiero. Ocho letras, dos simples palabras tan simples, y cuando las dices plasmas miles de sentimientos. Claro, cuando las dices de verdad.
Hablando de Eric... ¡le he abandonado! se me olvidó por completo su presencia. Si se ha ído, la verdad lo comprenderé. Estaba tan metida en mi mundo que...
Me di la vuelta, buscándole.
Estaba sentado en un banco, un poco alejado de donde Dexter y yo estábamos hablando.
Tenía algo entre las manos...¿qué era?
¡Es un ipod!, ¡mi ipod! recordé que el lo tenía en el avión, cuando yo me fui al baño y... no quería recordarlo. No quería recordar el motivo por el que estos días nos habíamos echo tanto daño. Pero, cuanto más te dices, no pienses en eso, más lo haces. Y esto me estaba pasando justo ahora.
Una serie de escenas recorrieron mi mente, una detrás de otra. Ninguna era agradable.
Esa noche, esa que yo estaba tan cerca de el, esa en la que Seidy apareció y le besó...
Para. Déjame. Ponlo de nuevo todo en su sitio. Cierra. Doble vuelta de llave, ahí, donde no haga daño, escondido.
Eric esta conmigo ahora, ¿no? No podía pasar nada.
Me acerqué a el por detrás, tomando su cabello, y colocandólo hacía atrás con las dos manos.
-Toma, tu ipod, ¿recuerdas?_¿por qué?, ¿por qué me pides que lo recuerde?
De repente me entró un nudo inmenso en el estómago, y  unas ganas inmensas de salir corriendo de allí.
-¿Evelyn, qué te pasa?_dijo cogiéndome de la mano, y haciendo que me sentara en su regazo.
Apoyé mi cabeza en su pecho, escuchando los leves latidos de su corazón. Eran pausados, suaves, perfectamente coordinados. En cambio los míos latían igual de rápido que  un pájaro que vate sus alas.
No quería mirarle a los ojos, por miedo a que me descubriera, pero parecía que me leyó el pensamiento, porque en ese mismo instante me levantó al barbilla, e hizo que le mirara a los ojos.
-Dime que te ocurre._dijo mirándome a los ojos, buscándo una respuesta.
-Tengo miedo._musité.
No se si era eso lo que realmente sentía, pero si, creo que era miedo.
-¿Miedo?_dijo frunciendo el ceño. Sus ojos lucían confusos, espectantes.
-Sí..._de que no me quieras como te quiero yo, debería de haber añadido.
-¿Alguien te está haciendo algo?, dimélo por que sea quién sea se va a enterar._dijo más inquieto.
-No, Eric, no es eso._dije mirándole muy seria_tengo miedo de que esto salga mal. De que...
-...Puedes estar segura, que no siento nada por Seidy, si es eso lo que te preocupa._dijo interrumpiendome. Y si, como me conoce. Ahora me quedo más tranquila. Más feliz de lo que soy en estos momentos.
-Cuando me bese con ella, fue para intentar que tú no me distrajeras, para intentar hacer como que no me importas..._su voz se fue apagando a medida que se iba terminando la frase.
-Es lo que nesesitaba oír._dije estirando mi cuello, buscando sus labios, ávida, de él.
El perfiló los míos con su lengua.
El resto del día paso con acontecimientos no muy interesantes.
Tuvimos una clase de esquí, aunque nuestro colegio sabía esquíar a la perfección, dado que hubo un tiempo en el que impartimos clases obligatorias.
Estuve con Alice y con Carla, dado que eran grupos de tres, lo pasamos genial. No quería perder a mis amigas nunca.
-¡No nos dices nada!_otra vez vuelta a lo mismo, a tener que explicar todo, bla, bla, bla, bla, bla...
-Haceís una pareja muy mona_dijo Alice haciendo que me sonrojara levemente, ante sus palabras. Aunque eso lo dicen siempre por cumplir. Creo que ella lo decía enserio.
-Sí._dice Carla sonriendo.
-¿Oye habéis visto a Leo?_
no le había visto, sólo un rato en el desayuno, y tenía ganen de biología, que al final se pospuso para el lunes. Gracias a dios, ¡algo de consideración!
Carla y yo subimos como locas las escaleras arriba. Eran las de verle, le echaba de menos.
-No sé, yo no le he visto por ninguna parte._me respondió Carla.
-¡Chicos, chicos, acércaos!_dijo gritando el profe de gimnasia.
-A las siete y media os quiero ver a todos justo aquí, en esta entradita. Espero que os lo hayáis pasado genial, y habrais cogido fuerzas para los próximos éxamenes._una oleada de gimoteos se produjo a continuación, al escuchar las palabras finales del profesor.
Supongo que muy pocos habrían estudiado para el examen.
Eran las siete, y todavía no teníamos ni las maletas echas, también nos teníamos que duchar, y cambiarnos de ropa.
No se como, pero batimos nuestro récord personal, eran las siete y veinticinco, y ya estábamos listas.
Nos vestimos un poco más arregladas de lo normal: Carla llevaba un vestido y unas botas preciosas. Hoy estaba realmente guapa.
Yo llevaba una falda, unas medias marrones, y unas botas también. En la parte de arriba  una blusa beige.
-Espera, espera._dije cogiéndole de la mano, llevándola hacía el gran espejo que había, al lado de la puerta.
-Vamos a hacernos una foto._
Cogí la cámara y nos hacemos dos o tres. Unas normales, otras divertidas.
Como iba a a echar de menos este sitio.
Siempre lo iba a llevar conmigo, este sitio se ha convertido en algo muy especial para mi. No hace falta que os recuerde el por qué.
Tenía pensado volver, eso estaba claro.
Besé a mi mejor amiga en la mejilla, y cogí mi maleta. 
Eché una última ojeada a nuestra habitación, esa en la que había experimentado tantas cosas.
Finalmente la cerré, y lo último que vi fue ese gran sofá rojo, dónde había experimentado tantas sensaciones nuevas.

No hay comentarios:

Publicar un comentario